Aunque el uso de datos para comprobar los resultados en salud de la actividad asistencial y de las terapias farmacológicas es una de las apuestas de futuro de los sistemas sanitarios, lo cierto es que el empleo del ‘big data’ no es una realidad a día de hoy en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Sin embargo, según Ignacio Hernández Medrano, neurólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y socio fundador de Savana, “no hay nada que produzca tantos datos como la salud”, lo cual ya permite a compañías como las farmacéuticas trabajar y ensayar “en un mundo modelado” que permite ahorrar tiempo, recursos y costes “al no tenerlo que probar todo en el real”.
De hecho, ha apuntado que todo esto, sumado a los avances en genómica, va a suponer la extinción de los ensayos clínicos, al menos tal y como se han conocido hasta ahora. “Hasta ahora, lo que hemos venido haciendo son predicciones metodológicas. Pero los avances de los que disponemos nos permiten hacer divisiones ómicas y ensayos clínicos individuales”, consecuencia del avance hacia una “medicina personalizada o individualizada”.
Con todo, ha avisado de que “en el sur de Europa no hemos entendido que la genómica y la biotecnologías son la nueva ola tecnológica a la que no hay que faltar”, teniendo en cuenta los desarrollos en marcha en Estados Unidos y en países de Oriente Medio. “Esto es gracias a que el precio de leer el genoma ha caído dramáticamente, y su impacto es exponencial. Ya han aparecido los ‘biohackers’ y esto va a estar en todos lados. Las cremas de cara y los gimnasios se van a comprar por genotipo, las mutaciones del genoma se van a publicar en Facebook”.
Ha añadido que “pronto una empresa de salud va a estar formada por programadores y las mayores proveedores sanitarios no serán hospitales”. Hernández Medrano ha abordado estas cuestiones durante la jornada celebrada por el Instituto Rocheen Madrid sobre la creación de valor a través de la recogida de datos. En ella también ha participado Encarnación Cruz Martos, subdirectora general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad de Madrid, quien ha considerado que las conclusiones que se puedan obtener a través del ‘big data’ en sanidad pública “deberían estar a disposición de la población, porque nos permitiría hacer rendición de cuentas”.
Por su parte Pedro Luis Sánchez, director de Estudios de Farmaindustria, ha apostado por llevar a cabo “un acuerdo entre todos los ‘stakeholders’ sobre cómo medir el valor para todos los pacientes, el conjunto del SNS, el conjunto del sistema sociosanitario y el del sistema económico del países”.
Asimismo, ha advertido de que “en muchos casos el esquema tradicional de precios de los medicamentos ya no va a ser válido, pero el cambio debe ser progresivo y sistematizarse” y ha añadido que se requerirá “un marco regulatorio que asegure la confidencialidad de la información y permita usar datos para investigación y gestión”.