Una investigación publicada a principios de 2017 y que relaciona el TDAH y la dieta mediterránea ha sido considerado por la prestigiosa revista Pediatrics como uno de los mejores del año. Este estudio fue financiado por el Instituto de Salud Carlos III y fue dirigido por la profesora de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, María Izquierdo, y el jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Joan de Déu, José Ángel Alda.
Su investigación sugiere que algunos hábitos alimentarios inadecuados influyen en el desarrollo de este trastorno psiquiátrico. Para llevarla a cabo contaron con una muestra total de 120 niños y adolescentes, la mitad de los cuales tenían TDAH y el resto eran grupo de control.
El estudio «no establece una relación causa-efecto entre patrones alimentarios y TDAH, pero puede contribuir a concretar unas estrategias dietéticas específicas que mejoren la calidad de vida tanto de los afectados como de sus familias».
Un círculo vicioso
Según los investigadores, no se sabe si estos niños tienen el trastrono por una alimentación inadecuada o si es el trastorno el que los lleva a comer un exceso de grasas y azúcares para equilibrar sus rasgos de impulsividad o angustia emocional.
Sostienen que puede tratarse de un «círculo vicioso», es decir, que la impulsividad de los niños con TDAH los lleva a alimentarse de forma más inadecuada y, por esta razón, no ingieren los nutrientes que necesitan, lo que empeora los síntomas.
El TDAH es un cuadro de origen neurobiológico que afecta cerca del 3,4 por ciento de los niños y adolescentes de todo el mundo, y es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en la primera infancia y adolescencia y sus consecuencias se pueden alargar hasta la edad adulta.