El nuevo servicio, puesto en marcha hace un mes, “está llamado a ser referente nacional por la excelencia clínica, docente e investigadora de sus servicios y especialistas, así como de la propia Fundación Jiménez Díaz que la impulsa”, han señalado.
La nueva Unidad está integrada dentro del ámbito del Instituto Oncológico (OncoHealth Institute) del hospital y está codirigida por el director de este y por el director del Departamento de Oncología del hospital, Jesús García-Foncillas, y por Borja Ibáñez, cardiólogo intervencionista del mismo centro y director del Departamento de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC).
Junto a los dos especialistas citados, la nueva unidad también cuenta con José Tuñón, jefe asociado del Servicio de Cardiología de la Fundación Jiménez Díaz, y Ester Macía, cardióloga del mismo servicio, quien coordina la actividad clínica de la unidad.
Prevención y tratamiento precoz
Los pacientes sometidos a tratamiento oncológico, especialmente con antraciclinas o anti HER-2, tienen un mayor riesgo de desarrollar toxicidad en el músculo cardiaco que puede provocar insuficiencia cardiaca transitoria o crónica, llegando a ser potencialmente mortal. De hecho, los citados especialistas estiman que, dependiendo, también de otros factores, entre un 3 y un 20 por ciento de los que reciben terapia oncológica pueden desarrollar problemas cardiovasculares.
Entre un 3 y un 20% de los que reciben terapia oncológica pueden desarrollar problemas cardiovasculares |
Esto, sumado a que los pacientes oncológicos también tienen más factores de riesgo cardiovascular, lo que a su vez aumenta la prevalencia de la aparición de aterosclerosis, les coloca en una situación complicada que a menudo obliga, entre otras cosas, a cambiar un tratamiento.
“La puesta en marcha de la unidad nos permite no sólo tratar al paciente oncológico que ya tiene el problema cardiovascular, sino también detectar al paciente que puede llegar a sufrirlo y aplicar en él la prevención precoz y, en su caso, el tratamiento desde las fases más iniciales”, indica Tuñón.
Macía matiza que “la capacidad de anticipación tiene dos efectos ya que, además de posibilitar el tratamiento precoz, podemos evitar cambios de medicación si, tras el análisis por un cardiólogo, éste desestima el riesgo cardiovascular como merecedor de una modificación en la estrategia terapéutica indicada contra el cáncer”.
En el ámbito clínico, Ibáñez destaca que la integración de la Unidad de Cardio-Oncología de la Fundación Jiménez Díaz en OncoHealth hace que “todos los pacientes del instituto oncológico sean subsidiarios de una revisión cardiológica por parte de especialistas de prestigioen esta disciplina que vienen a trabajar a la nueva unidad”.
La investigación como valor diferencial
El valor diferencial que destaca de esta unidad es “el peso de la investigación básica y traslacional que vienen realizando desde hace años sus servicios y profesionales integrantes, en completa colaboración y coordinación entre ellos”, subraya García-Foncillas, indicando que esto les permite “anticiparse” y “ofrecer y aplicar en los pacientes, desde el primer momento, todo lo que la investigación en desarrollo pueda aportarles”.
En este sentido, la Unidad de Cardio-Oncología se integrará también dentro del convenio institucional firmado entre el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), dirigido por Carmen Ayuso, y el CNIC para el desarrollo de una línea prioritaria de investigación en patología del miocardio.
Esta alianza tendrá como resultado la realización de estudios de investigación conjuntos para mejorar el diagnóstico precoz de patología cardiovascular en esta población de pacientes oncológicos, así como para la identificación de nuevas dianas terapéuticas.