La biopsia en líquido cefalorraquídeo mejora el diagnóstico y pronóstico de los gliomas cerebrales

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Martes, 3 Abril, 2018

La biopsia líquida permite, por primera vez, hacer un rápido diagnóstico molecular del glioma y un pronóstico de la enfermedad en base a la subclasificación tumoral obtenida a partir del líquido cefalorraquídeo.

Un estudio pionero liderado por el Dr. Joan Seoane, director del Programa de Investigación Traslacional del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y profesor ICREA, ha demostrado que la biopsia líquida en líquido cefalorraquídeo (LCR) permite un diagnóstico más adecuado de los gliomas cerebrales, posibilita su clasificación y, por lo tanto, permite conocer mejor su pronóstico, todo ello gracias al análisis genómico del ADN tumoral circulante en este líquido. La cirugía de los tumores cerebrales sigue siendo la pieza fundamental de su tratamiento, pero la biopsia líquida en LCR permite un manejo quirúrgico y clínico más preciso de estos pacientes, con un método menos invasivo, y ayuda a determinar el tratamiento a seguir en base a este pronóstico.

El trabajo, publicado hoy en la revista Clinical Cancer Research, es un claro ejemplo de investigación traslacional en el que también han participado varios miembros del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus, entre investigadores de diferentes grupos del VHIO y oncólogos, patólogos y neurocirujanos del Hospital Universitario Vall d’Hebron (HUVH), entre ellos el Dr. Francisco Martínez-Ricarte, neurocirujano del HUVH y primer firmante del estudio.

Una de las principales dificultades a la hora de abordar el diagnóstico de un tumor cerebral, e identificar los diferentes subtipos de gliomas cerebrales que existen, es su localización anatómica, además de los riesgos que supone realizar una biopsia cerebral para la identificación y el diagnóstico del tumor. Hasta ahora la única posibilidad de conocer qué subtipo tumoral afectaba al paciente era mediante una biopsia quirúrgica. La biopsia líquida, por primera vez, permite un rápido diagnóstico molecular del glioma y, en base a esta subclasificación tumoral, conocer el pronóstico del paciente”, expone el Dr. Joan Seoane, responsable de esta investigación. “No todos los tumores cerebrales tienen el mismo pronóstico y, en parte, de esto dependerán también las decisiones que se tomen y los riesgos quirúrgicos que se afronten”,explica el Dr. Martínez-Ricarte.

En el curso del trabajo de investigación encabezado por el Dr. Seoane se desarrolló una plataforma que ha permitido estudiar, de forma rápida y simultánea, el genotipo de siete genes relacionados con los gliomas. El estudio detallado de subtipos moleculares del cáncer es imprescindible para el avance hacia una medicina oncológica cada vez más precisa y para llegar a aproximaciones terapéuticas más efectivas. Por ello se trabajó tanto con muestras tumorales obtenidas por biopsia tradicional como con líquido cefalorraquídeo obtenido por punción lumbar para llevar a cabo la caracterización histopatológica de los pacientes. “De esta manera, con el análisis del ADN tumoral circulante en el líquido cefalorraquídeo hemos logrado clasificar hasta el 80% de los gliomas en tres subtipos diferentes. Hay que tener en cuenta que los pacientes de cada uno de estos subtipos tienen una supervivencia media muy diferente, que oscila entre 1 y 15 años. Debido a esta gran diversidad de pronósticos, resulta imprescindible una adecuada clasificación de los gliomas para seleccionar el mejor tratamiento para cada paciente”, afirma el Dr. Seoane.

“Si le añadimos lo invasivo que resulta hacer una biopsia cerebral y el hecho de que disponer del tejido de una parte del tumor no nos asegura que tengamos una representación exacta del tumor, dada la heterogeneidad intratumoral que existe, las ventajas de poder estudiar el líquido cefalorraquídeo a modo de biopsia líquida son mayúsculas, pues permite el diagnóstico y la subclasificación de los tumores evitando a la vez los riesgos de los procedimientos quirúrgicos”,concluye el Dr. Seoane.

Dificultades para el diagnóstico

La caracterización genómica de los gliomas es crucial para un manejo quirúrgico y clínico más preciso de los pacientes. Sin embargo, la dificultad para acceder a muestras tumorales por la localización anatómica de los mismos hacía necesario llevar a cabo procedimientos quirúrgicos de alto riesgo. Además, la evolución heterogénea intratumoral suponía un reto añadido, pues obligaba a continuas intervenciones para hacer un seguimiento de la evolución del tumor.

Hasta la fecha, la única técnica no invasiva que se empleaba era una imagen de resonancia magnética en aquellos pacientes sospechosos de tener un glioma. Sin embargo, seguía siendo necesaria una biopsia de tejido para confirmar los positivos. Era pues muy necesario desarrollar un método no invasivo que permitiera caracterizar estos tumores de cerebro y de esta forma facilitar su diagnóstico molecular. En los últimos años ha habido diferentes avances que han demostrado la eficacia de la llamada biopsia líquida a la hora de analizar el ADN tumoral circulante en el torrente sanguíneo. En este caso se ha podido demostrar la eficacia de este mismo método, pero en lugar de sangre analizando el líquido cefalorraquídeo. Se abre así una nueva vía tanto para el diagnóstico como para el seguimiento de unos pacientes que tienen pronósticos muy diversos y para quienes resulta crucial una correcta clasificación de los tumores.

Inicio muy prometedor para la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas y tratamientos

Este trabajo que hoy se publica es uno de los primeros pasos de un proyecto de enorme magnitud financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer con un millón de euros para investigar el glioblastoma y la metástasis cerebral, y que está liderado por el propio Dr. Joan Seoane. El proyecto, que incluye a varios grupos de investigación de diferentes centros, los cuales forman un consorcio multidisciplinar que engloba grupos españoles especializados en la lucha contra el tumor cerebral, buscará nuevas dianas terapéuticas y tratamientos, así como el desarrollo de nuevos métodos menos invasivos para el diagnóstico molecular de esta enfermedad, lo cual permitirá caracterizar los tumores y así poder seleccionar el mejor tratamiento para cada paciente.

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