La investigación, publicada en la revista ‘Nature’, permite avanzar en el conocimiento de la biología de estos tumores, ya que hasta ahora no se habían encontrado cambios genéticos que pudieran explicar por qué estos tumores desarrollan metástasis mucho antes que otros.
Con la ayuda de varios modelos de ratón, los investigadores han logrado dilucidar con detalle las vías moleculares implicadas en su desarrollo y han logrado una mejor comprensión de cómo tiene lugar esa mayor agresividad que caracteriza a estos tumores.
Las células sanas del ser humano tienen dos copias de cada gen y, para sus experimentos, los investigadores mutaron en ratones una de las dos que tiene el gen KRAS , que juega un papel clave en la proliferación celular y se activa en el 90 por ciento de los tumores pancreáticos en humanos.
De este modo, vieron que el gen mutado a menudo se duplicaba incluso en etapas muy tempranasdel desarrollo del tumor. Y en los casos en que un tumor no duplicó la copia del gen KRAS mutado, los investigadores descubrieron duplicaciones en otros genes relacionados con el cáncer.
«Parece que la célula amplifica la señal de crecimiento por la presencia de copias de genes adicionales. Este modelo de amplificación de la dosis durante el desarrollo tumoral no se había considerado previamente», ha apuntado Sebastian Müller, principal autor del estudio, que reconoce como «a medida que aumenta el número de copias de KRAS mutadas, la agresividad y la capacidad de metástasis del tumor también fue mayor«.
Normalmente las células sanas tienen sus propios mecanismos de protección para evitar la acumulación de mutaciones, y en los modelos de ratón han podido «observar de cerca y revisar los procesos extraordinariamente complejos de desarrollo del cáncer a nivel molecular».
Estudio de mutaciones en otros genes
Después de que la mutación KRAS fuera inducida por los investigadores, se desarrollaron otras mutaciones en lo que se conoce como genes supresores de tumores. Y un hallazgo significativo del equipo fue que el gen mutante KRAS u otro oncogén se amplifica, dependiendo de qué gen supresor de tumor se vea afectado y en qué grado se deteriore su función.
Los autores reconocen que después de que se han desconectado los mecanismos de protección incorporados de la célula y se produce la amplificación de la dosificación, finalmente se forma un tumor. Y la ruta que sigue la célula y qué genes están involucrados determina en gran medida las características del tumor pancreático.
«Nuestro descubrimiento constituye un principio fundamental en el desarrollo de tumores y juega un papel esencial en otros cánceres. Ahora estamos investigando hasta qué punto estos nuevos conocimientos sobre la biología del cáncer se pueden utilizar para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas «, ha añadido Roland Rad, también autor del estudio.