Los psiquiatras aseguran que los adolescentes y adultos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) consumen más cafeína que el resto. Sin embargo, no existe un acuerdo científico sobre los beneficios o eficacia para el tratamiento del trastorno.
La cafeína despierta el sistema nervioso central al estimular la liberación de dopamina y otros neurotransmisores. Además, bloquea la absorción de adenosina, que induce el sueño. La cafeína aumenta el estado de alerta y la concentración en comparación con los estimulantes de TDAH.
Sin embargo, los niños con TDAH experimentan resultados mixtos ante la cafeína. Algunos se muestran más tranquilos, pero otros experimentan latidos cardiacos irregulares, aumento de la ansiedad o insomnio. De hecho, incrementar el efecto de la medicación estimulante de TDAH con cafeína crea sinergia: tienen efectos más potentes que cualquiera de los dos por separado pero las consecuencias adversas también pueden intensificarse.
Los psiquiatras recuerdan que un estimulante de origen natural no es necesariamente más seguro que los estimulantes farmacéuticos. La aceptación social de la cafeína y su precio la hacen parecer beneficiosa aunque los especialistas insisten en que es una droga cuyas consecuencias fisiológicas están poco estudiadas en niños con TDAH.